La salud de tu corazón la cuidas todos los días ¡y de muchas maneras!

viernes, 6 de setiembre de 2024

La salud de tu corazón la cuidas todos los días ¡y de muchas maneras!

 

La salud de tu corazón la cuidas todos los días ¡y de muchas maneras! 

QF Diego Umpierrez y Ana Senatore

La salud del corazón es importante cuidarla como se cuida la salud de la piel, o cualquier parte de nuestro cuerpo. Existen muchas acciones que se pueden hacer todos los días, que de forma conjunta ayudan a prevenir  la aparición de enfermedades cardiovasculares. ¡Es vital actuar para preservar la salud del corazón!  

La salud cardiovascular es fundamental para mantener una vida plena y activa. En Uruguay las enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión, la insuficiencia cardíaca y la cardiopatía isquémica están altamente extendidas en nuestra población y pueden afectar la calidad de vida, siendo una de las primeras causas de muerte. Por lo tanto, es muy importante conocer qué cambios podemos adoptar en nuestros hábitos para disminuir el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular y qué hacer si somos diagnosticados con alguna de ellas.

A los factores que predisponen al desarrollo de una enfermedad, se los conoce como factores de riesgo, cuando se puedan controlar o minimizar se logra que su impacto en la salud no determine la aparición de la enfermedad. Existen algunos factores de riesgo no modificables como: la edad (el riesgo avanza con la edad), el sexo (hasta los 50 años el riesgo es mayor para los hombres, luego de esa edad el riesgo se iguala para hombres y mujeres, porque estas pierden la protección que les aportan los estrógenos) y los antecentes familiares. Luego están los factores de riesgo modificables: la obesidad, la alimentación no saludable con excesivo consumo de sal, el sedentarismo, el tabaquismo, consumo de alcohol, el estrés, colesterol elevado, hipertensión arterial.

Sobre el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular en las mujeres luego de los 40 años, es muy importante saber que aumenta entre 2 y 6 veces durante la menopausia. Los estrógenos ayudan a proteger el corazón, cuando empiezan a disminuir la hipertensión arterial se vuelve mucho más común afectando a entre el 30 y el 50% de las mujeres antes de los 60 años, y favoreciendo la aparición de otros factores de riesgo cardiovascular como aumento de peso y del colesterol.  Pueden confundirse los síntomas de la presión alta con algunos que están asociados a la menopausia, como sofocos o palpitaciones y  esto puede llevar a retrasar un diagnóstico oportuno de la enfermedad. Por lo tanto en las mujeres, cuidar el corazón a partir de los 40 es clave, y más cuando nos acercamos a la menopausia, donde los riesgos están aumentados. 

Existen tratamientos farmacológicos muy efectivos para tratar tanto las enfermedades cardiovasculares como para controlar los factores de riesgo, que complementan muy bien los cuidados en prevención y cambios de estilos de vida pero nunca los reemplazan.

¿Qué acciones podemos tomar para prevenir una enfermedad cardiovascular?

Lo primero será identificar los factores de riesgo que más nos afecten, ordenarlos según su relevancia y posibilidad de cambio, para tomar decisiones que mejoren el cuidado de la salud de nuestro corazón. 

  • Obesidad: buscá un plan con profesionales para bajar de peso, imprescindible que sea adecuado a tu realidad y que lo que hagas ¡no perjudique tu salud! 
  • Sedentarismo: elegí una actividad física que te guste  y que puedas cumplir, con la intensidad y frecuencia que mejor se adapte a ti! Puede ser caminar, andar en bicicleta, ir a un gimnasio. Lo importante es que puedas sostenerla en el tiempo y con la frecuencia adecuada.  
  • Alimentación no saludable: cuando puedas elegí alimentos frescos, comida casera. Incluí todos los grupos de alimentos. Planificar las compras de alimentos nos ayuda a llevar una dieta balanceada. Es importante limitar el consumo de alimentos procesados, que suelen ser altos en sodio y grasas saturadas (Tip: actualmente los alimentos procesados altos en sodio y grasas están etiquetados con octógonos negros indicándolo, la idea es disminuir el consumo de estos productos, eligiendo opciones más saludables). 
  • Excesivo consumo de sal: probá condimentar la comida con hierbas o especias. ¡Cuidado con los alimentos procesados que tienen sal! 
  • Poca hidratación: aumentá el consumo de agua, ¡es bueno que sean 2 litros por día!
  • Tabaquismo: existen muchos tipos de terapias para dejar de fumar, consultá con un médico la que mejor se adapte a ti.
  • Consumo de alcohol: disminuí su consumo, podes reservar su consumo para ocasiones particulares. 
  • Estrés: dos acciones importantes para controlar el estrés son intentar el mejor descanso posible, y hacer actividades sociales o individuales que te gusten. Una adecuada rutina de sueño (7 a 9 horas) ayuda a controlar la presión arterial, el colesterol y el peso, y también es vital para mantener un buen estado de ánimo.
  • Controles médicos: ir al médico con regularidad para el seguimiento de tu salud, ¡también cuando te sientes bien! 

La clave para introducir hábitos saludables en nuestra rutina está en la constancia y la planificación, y no tanto en realizar acciones aisladas que requieren mucho esfuerzo y que no dan resultados reales que mejoren tu salud. 

¿Qué hacer si me diagnosticaron una enfermedad cardiovascular?

Lo primero es tomar conciencia de la importancia de contar con el diagnóstico para tomar acciones que cuiden tu salud. Muchas veces este tipo de enfermedades no presentan síntomas complicados en sus primeras etapas, por lo que muchas personas ignoran o desestiman la importancia del diagnóstico; esto puede generar complicaciones a mediano o largo plazo.
Todos los aspectos que se mencionaron para la prevención deben ser considerados en el tratamiento de una enfermedad cardiovascular, reforzando cada una de las acciones y con especial énfasis aquellas que el médico indique como prioridad. Los cambios en hábitos y estilo de vida evitarán que la enfermedad avance hacia un estado más complicado y comprometer la salud del corazón u otros órganos.
Dependiendo de la valoración que realice el médico, podrá indicar un tratamiento con medicamentos. Es fundamental usarlos tal como se los han recetado, respetando horarios y cantidad indicada. La adherencia al tratamiento ayuda a controlar su presión arterial, colesterol y otros factores de riesgo, para lograr que el tratamiento sea efectivo es importante la constancia en el tratamiento. Integrar a la rutina diaria el momento de tomar los medicamentos favorece para no saltarse dosis y lograr que los medicamentos mantengan su efecto terapéutico de forma constante. Evitar el tabaco y reducir el consumo del alcohol se vuelve aún más necesario cuando se está consumiendo medicamentos para tratar enfermedades cardiovasculares dado que estos no solo son perjudiciales para el corazón, contribuyendo al aumento de la presión arterial, sino que también pueden interferir con la acción de los medicamentos.
El manejo adecuado de los medicamentos para la salud cardiovascular es esencial para prevenir complicaciones y asegurar la eficacia del tratamiento. Es fundamental no interrumpir el tratamiento sin consultar al médico, incluso cuando te sientas bien. Además, es importante estar atento a posibles interacciones con otros medicamentos o suplementos, por lo que siempre se debe informar al médico sobre cualquier otro medicamento que se esté tomando. Consumir medicamentos para tratar enfermedades cardiovasculares sin respetar la indicación médica no generará ningún beneficio para su salud, de hecho, en algunos casos puede ser perjudicial.
Para poder cumplir con esto es imprescindible entender la pauta que plantea el médico, si te quedan dudas sobre cómo y cuándo tomar tus medicamentos, preguntá y si lo necesitas solicitalo por escrito para no olvidarlo.

Como control adicional tienes el monitorear regularmente la presión arterial y otros parámetros de salud en casa, según la indicación médica y siempre registrando para llevar a la consulta servirá para evaluar la efectividad del tratamiento y detectar posibles problemas a tiempo. Si se experimentan efectos secundarios, como mareos, fatiga o hinchazón consultá con el médico para que considere ajustar el tratamiento si fuera necesario.

Mantener una buena comunicación con el equipo de salud te ayuda a mantener y mejorar todos los aspectos en la prevención y el tratamiento para la salud cardiovascular.
¡En Pigalle podemos asesorarte sobre el tratamiento indicado por tu médico!