Menopausia y salud cardiovascular: ¿Qué hay para aprender?

viernes, 4 de octubre de 2024

Menopausia y salud cardiovascular: ¿Qué hay para aprender?

 

Menopausia y salud cardiovascular: ¿Qué hay para aprender?

Lic. Luciana Lasus

Tiempo de lectura: 3 minutos

Aparte de los factores de riesgo comunes, las mujeres tenemos más posibilidades de padecer enfermedades cardiovasculares solo por ser mujeres, y este riesgo aumenta entre 2 y 6 veces durante la menopausia.

Es claro lo relevante que es tomar conciencia y prestar atención a nuestra salud cardiovascular, especialmente en la menopausia cuando los riesgos aumentan de forma considerable.

En esta etapa se produce un desbalance de las grasas en la sangre (dislipemias), lo que tiene un impacto directo en la salud del corazón. Es así que el colesterol total, el LDL (colesterol "malo") y los triglicéridos aumentan, mientras que el HDL (colesterol "bueno") tiende a disminuir.

Los estrógenos ayudan a proteger el corazón y cuando empiezan a bajar la hipertensión arterial (presión alta) se vuelve mucho más común, afectando entre el 30% y el 50% de las mujeres antes de los 60 años. La hipertensión arterial se la conoce como enfermedad silenciosa por presentarse muchas veces sin síntomas. En la menopausia estos síntomas se parecen mucho a los de esta etapa (por ejemplo los sofocos) lo que puede confundir a la hora de diagnosticar el problema.

Cuidar la salud del corazón a partir de los 40 es clave, y más cuando nos acercamos a la menopausia donde los riesgos aumentan. Aquí van algunas soluciones simples y efectivas desde la nutrición y la suplementación:

1. Alimenta tu corazón

Aumenta el consumo de grasas saludables.

El aceite de oliva, los frutos secos (almendras, nueces) y la palta son perfectos para mantener un buen perfil de colesterol. Estas grasas ayudan a subir el HDL (el "bueno") y bajar el LDL (el "malo").

Más fibra, menos riesgo. La fibra podemos encontrarla en las legumbres, frutas, verduras y cereales integrales. Ayuda a reducir el colesterol y controlar el azúcar en sangre.

Pescado, tu mejor amigo. Siendo rico en Omega-3, es ideal comer pescado azul al menos dos veces por semana (salmón, caballa, sardinas).

2. Ojo con los azúcares y las grasas trans

Limita los azúcares añadidos y las grasas trans (se encuentran en alimentos ultraprocesados), ya que ambos favorecen la resistencia a la insulina, el aumento de peso y el colesterol alto. ¡Elige opciones más naturales!

3. Suplementación inteligente

Omega-3: si no llegas a consumir suficiente pescado, puedes sumarlo como suplemento para ayudar a mantener tu corazón protegido.

Coenzima Q10: ideal para la salud del corazón, ya que mejora la función cardiovascular y ayuda a combatir el estrés oxidativo.

Vitamina D: los bajos niveles de vitamina D están relacionados con problemas cardíacos, así que asegúrate de que tus niveles estén en rango. Un suplemento puede ayudar si no se alcanza con la dieta o exposición al sol.

4. Control de la presión arterial

Magnesio y potasio: Estos dos minerales ayudan a mantener la presión arterial bajo control. Incluye alimentos ricos en magnesio como espinacas, semillas de calabaza y almendras; y en potasio, como banana y palta. Si los niveles están bajos, un suplemento puede ser necesario.

5. Mantén la inflamación a raya

Antioxidantes: los antioxidantes como la vitamina C, A, E, el resveratrol y el té verde ayudan a combatir la inflamación, que es un factor clave en las enfermedades del corazón.

6. No olvides moverte

El ejercicio físico regular es fundamental para mejorar la circulación, mantener el peso y promover una buena salud cardiovascular. ¡Unos 30 minutos al día pueden hacer maravillas!

Todo esto te ayuda no solo a cuidar la salud de tu corazón, sino también a sentirte con más energía y bienestar. Tener un profesional de referencia, formado en el tema también será clave para tomar las decisiones más acertadas a tiempo.