¿Qué hacemos cuando sentimos dolor?

viernes, 2 de agosto de 2024

¿Qué hacemos cuando sentimos dolor?

 

¿Qué hacemos cuando sentimos dolor?

QF Ana Senatore

Todos hemos sentido dolor en algún momento, pero ¿sabemos cómo tratarlo y qué podemos hacer para manejarlo? Experimentar dolor no es nada inusual y en las diferentes etapas de la vida se pasa por la experiencia de sentirlo, ya sean dolores de cabeza o contracturas asociadas a tensiones y estrés, como también dolores osteoarticulares que se ven asociados principalmente al paso del tiempo. 

Aprender a tratar el dolor forma parte de cuidarnos. Sabemos cómo interfiere con las actividades cotidianas como trabajar, estudiar, actividades recreativas, la vida familiar y social. 

Entonces, cuando sentimos dolor surge la necesidad de tratarlo para mejorar en todo lo posible nuestra calidad de vida  y poder continuar o retomar las actividades. 

Es importante conocer la causa del dolor, si este es un dolor recurrente y cómo se ha resuelto en anteriores oportunidades para poder conocer cuáles han sido tratamientos exitosos. 

¿Cómo tratar el dolor? 

Existen un conjunto de acciones que podemos considerar y que juntas se potencian para lograr el mejor efecto posible. 

Los cuidados siempre deben incluir cuidar la alimentación y el descanso, considerar realizar actividad física, y en ocasiones puede ser necesario usar medicación. En ese orden de importancia siendo los dos primeros imprescindibles a la hora de mejorar la calidad de vida de una persona cuando siente dolor. 

Procurar una alimentación liviana, casera y sin ultraprocesados fomenta una respuesta favorable del cuerpo al dolor.

Priorizar un descanso suficiente y de buena calidad, es determinante para mejorar el dolor. El descanso es suficiente cuando se duerme de 6 a 8 horas y preferentemente en la noche. La calidad se consigue desde la preparación para el sueño sin consumo previo de bebidas estimulantes como café o té, alimentación liviana y al menos 2 horas antes, un ambiente cálido y sin luz, también evitar el uso de pantallas como televisión o celular. 

Contrario a lo que puede suponerse, ponerse en movimiento con actividad física puede ayudar a controlar y reducir el dolor. Existe evidencia que ha demostrado, sobre todo en dolor crónico, que el ejercicio redujo la intensidad del dolor, mejoró la funcionalidad física y tuvo un efecto variable sobre la funcionalidad psicológica y la calidad de vida. Por lo tanto, realizar ejercicio físico guiado por un profesional que asesore (sobre el tipo e intensidad adecuados)  será una acción altamente favorable para ayudar con el control del dolor. 

Cuando las anteriores acciones no son suficientes para controlar el dolor es necesario recurrir al uso de medicamentos. De aquí surgirá la pregunta:

¿Qué medicamento es el mejor para mi situación? 

Para elegir el medicamento será necesario identificar la causa del dolor si es posible, y si tuviera ya indicación médica de cómo tratarlo. 

Los analgésicos son el grupo de medicamentos que usamos de forma muy amplia para tratamiento sintomático del dolor, es decir que ayudan al control del mismo sin resolver la causa. En  este grupo contamos con algunos que son analgesicos-antipireticos como paracetamol y dipirona, y luego  analgesicos-antipireticos-antiinflamatorios como ibuprofeno, diclofenac y ketoprofeno entre otros. 

La principal diferencia es su capacidad antiinflamatoria, luego también varían en cuanto a su potencia en los otros atributos. Por lo que, si el dolor está acompañado de inflamación - un golpe por ejemplo - será mejor un analgesico-antiiflamatorio. 

Dependiendo del medicamento y la concentración será la dosis diaria, la cual es importante conocer en cada situación. En todos los casos la recomendación es hacerlo a la menor dosis posible y un uso no más allá de los 3 a 5 días sin indicación y supervisión médica. Con esta indicación de uso del analgesico el dolor debería  minimizarse,  reduciendo de forma considerable el riesgo de aparición de los efectos adversos. 

De todas maneras más allá del tiempo de uso del analgésico es importante la consulta con un médico para poder buscar el origen del dolor y si es posible resolver la causa. 

A la hora de tomar medicación es importante saber:

¿Cuáles son los cuidados a tener en el uso de analgésicos? 

En los analgesicos-antiinflamatorios los efectos adversos con mayor relevancia son los gastrointestinales y los cardiovasculares, por tanto debe ser muy cuidadoso su uso en personas con patologías de este tipo. El más frecuente es la acidez gástrica lo que se agrava cuando se usan en forma concomitante otros medicamentos gastrolesivos (algunos antidepresivos por ejemplo), o cuando la alimentación es irritante gástrica. Por otro lado, los efectos adversos cardiovasculares son muy relevantes por su severidad - aunque no tan conocidos quizás -, por lo que es especialmente recomendado que personas con patologías cardiovasculares no utilicen estos medicamentos o lo hagan por muy pocos días y con supervisión médica. 

Si se tiene historial de problemas gastrointestinales la mejor elección será  el paracetamol o dipirona, ya que  no presentan efectos adversos como la acidez, pero igualmente tienen asociados a su uso otros efectos no deseados. Por tanto aplica de igual manera las recomendaciones de ser usados a la menor dosis posible y por el menor tiempo posible. 

Frente a sentir la necesidad de usar dos analgésicos a la vez para conseguir un mejor o más rápido control del dolor,  es importante saber que no aporta ningún beneficio la suma de dos de estos medicamentos, pero sí aumenta el riesgo de aparición de sus efectos adversos. En estos casos es recomendable asociar el uso del analgésico comprimido junto a una crema o gel con analgésico. La aplicación tópica de la crema o gel en el sitio del dolor (por ejemplo en una contractura o un golpe) combinada con el uso de comprimidos favorece un mejor control del dolor sin riesgo de potenciar los efectos adversos. 

También, en el grupo de medicamentos para tratamiento sintomático del dolor, existen combinaciones de analgésicos con otro medicamento en una misma presentación, siendo los más comunes por ejemplo analgesicos/relejante muscular, analgesico/antiespasmodico, analgesico/antimigrañoso. Para todos ellos, aplican iguales recomendaciones sobre su uso, y en cuanto a la seguridad se agrega considerar los posibles efectos adversos del fármaco que se asocia al analgésico. 

El dolor es a veces un síntoma o una advertencia de algo que no está bien en nosotros, es lo que se conoce como dolor agudo. Ante reiterados episodios de dolor agudo es muy recomendable intentar resolver el causante y no únicamente controlar el dolor. A su vez, es importante reconocer que cuando el dolor  se prolonga en el tiempo más allá de 3 meses se transforma en una afección en sí misma, que es lo que se conoce como dolor crónico. En el dolor crónico el tratamiento siempre debe ser indicado por un médico, los analgésicos ya no son tan efectivos siendo necesario el uso de otros grupos de medicamentos. Únicamente el uso de analgésicos en dolor crónico de forma prolongada no resuelve la situación, y solo aumenta de forma significativa el riesgo de aparición de los efectos adversos. 

El control del dolor depende de poder combinar en la medida de lo posible todas las acciones que antes te contamos, y ocuparnos de encontrar el origen para intentar resolver o minimizar su impacto será fundamental para mejorar nuestra calidad de vida.